sábado, 26 de enero de 2008

LA CRISIS DE IDENTIDAD DE CLAUDIO UBEDA (WILLY)

Cuando Claudio Ubeda fue a tomar la comunión y recibió la hostia su boca se hizo agua y sintió un gran regocijo, el mismo que sentiría cuando luego sus abuelos, padres y tíos le dieron varios billetes.

La adolescencia del pibe rubio, fue de un goce total, jugaba en las inferiores de Central Córdoba y por las tardes se iba a andar en kayak con su novia. Claudio Ubeda siempre la pasó de la mejor manera posible y como postre a una adolescencia exquisita llegó el momento anhelado, su debut en la primera del charrúa. Solo podía compararse con el momento en el que tomó la comunión, diez años atrás.

En 1990 pasó a Rosario Central, y a pesar de lo que muchos pueden llegar a suponer las cosas se fueron complicando. Ubeda jamás soportó el hecho de que los viejos plateístas confundieran su apellido con el de Ramón César Bóveda, jugador de la década del setenta, y esto fue disparador de una crisis de personalidad.

¡Vamos Bóveda!, gritaban los viejos de boina desde la platea de Cordiviola cuando el muchacho despejaba o salía jugando. Y esto por más que jamás lo haya dicho públicamente fue algo que lo afectaba, que lo hacía indagar en lo más profundo de su ser acerca de quien era realmente.

El propio Zoff, en algunas ocasiones lo palmeaba, sobre todo cuando entraba desde el banco de relevos y le decía “Bóveda, usted haga lo que sabe”.

Se dice que Claudio Ubeda estuvo a punto de dejarlo todo hasta que recibió una oferta del exterior, la cual aprovechó no sólo desde lo económico sino desde el punto de vista psíquico ya que un cambio de aire lo ayudaría a replantearse su crisis de identidad.

Con el correr de los años volvió a la Argentina, sin los rulos que supo tener y con un apodo desconocido para la mayoría de los canallas, el de “sifón”, claro no es muy difícil averiguar el porqué.

Ubeda jugó en Racing, club en el que además era capitán, pero créanme queridos lectores, él estuvo siempre convencido de que estaba jugando en la selección. Jamás pudo resolver su problema. Ni siquiera al recalar en Huracán, club en el que también fue capitán y actualmente es el técnico, y tiene la infantil ilusión de dar la vuelta al mundo en globo en 180 días.

Claudio Ubeda jugó más de cien partidos en Rosario Central al principio de los noventa. Pero así y todo hoy esa época parece muy lejana, tanto que si por ahí le preguntan desprevenido a cualquier tipo que pase los cuarenta este automáticamente va a contestar “¿¿¿Ubeda???. ¡Má qué Ubeda!....¡Bóveda se dice!.

Guillermo "willy" Morales (www.regatin.com.ar)

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